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Descubrir tu camino sin presión es posible.

Muchos jóvenes sienten que deben elegir una carrera o formación como si fuera una decisión irreversible. Pero lo cierto es que decidir qué estudiar no es algo que debas saber con 17 años, ni con 20, ni siquiera con 30. La presión del entorno, la falta de información y la ansiedad por “no quedarse atrás” dificultan un proceso que debería ser personal, reflexivo y motivador.

Como asesor de formación, acompaño a jóvenes en ese momento de duda para que no elijan por impulso, moda o miedo. Juntos analizamos sus inquietudes, intereses reales, capacidades y lo que les mueve. Porque el primer paso no es elegir una carrera. Es conocerse y entender qué vida quieren construir.